El principio del fin ¿pero de qué?
Estaba cantado, y ayer se cumplieron los pronósticos: ya está aquí la anunciada tregua de ETA. Llega con un par de meses de retraso, pero es que las negociaciones sobre el estatuto inconstitucional catalán han sido más duras de lo que esperaban los asesores monclovitas, retrasando el esperado anuncio de los terroristas.
Apenas unas horas después de que sus señorías del congreso dieran el visto bueno al bodrio estatutario, hace su aparición el balón de oxígeno que necesitaba este gobierno para sacar adelante una legislatura que lleva viendo perdida desde la misma mañana del 15-M. Dice esa dulce señora que siempre le toca dar la cara por el presi que "es nuestro deseo y voluntad que esto sea el principio del fin".
Que es su deseo es algo que está claro: Zapatero daría sus dos brazos, una pierna y alguna que otra parte noble de su cuerpo por pasar a la historia como el presidente que acabó con el terrorismo en España, sea como sea. Lo que ya no está tan claro es hacia qué fin nos encaminamos. Si el gobierno se refiere al fin de la lucha del estado de derecho contra los asesinos, desde luego estamos cerca de ello, aunque el principio no fue ayer sino Perpiñán. Si por el contrario se refieren al fin de ETA, avanzamos en dirección contraria desde hace 2 años y cada vez a mayor velocidad.
Por lo pronto se anuncia una tregua permanente (ya me explicarán a mí cómo puede llamarse permanente algo que por definicion es temporal y limitado, en fin). No se anuncia el cese definitivo de las armas, ni de las extorsiones, ni de los secuestros, ni de las coacciones, ni de las amenazas, etc. Estamos ante el mismo chantaje de siempre: si no nos dan lo que queremos, volvemos a matar. Parece que les sabe a poco todo lo conseguido en los últimos meses.
Sin embargo, haciendo un pequeño recorrido por Matrix -es decir, por la blogosfera progre y sociata- se percibe un ambiente triunfalista y de euforia mal contenida que supera lo ingenuo para rozar en lo cínico. Resulta que la política hipócrita y cobarde de que no haya "vencedores ni vencidos" va a ser la solución frente al respeto al órden legal constitucional y la lucha del estado de derecho contra la violencia. Y la derechona está rabiosa porque prefiere que ETA siga matando gente para poder tener protagonismo. Si es que hay mucho agente Smith suelto por ahí...
Los que aún no estamos abducidos por esa realidad virtual (o desvirtuada), querríamos que nuestro presidente explicara qué está dispuesto a ofrecer a los asesinos por tener con los demócratas el detalle de perdonarnos nuestra miserable vida ...de momento. Por si acaso los terroristas ya le han hecho dos sugerencias: el cese de la "represión" (sic) y un referendum de autodeterminación para los vascos. Como si alguna vez hubiesen existido en el País Vasco garantías para que sus ciudadanos votasen algo libremente. Pero mucho me temo que Rodríguez Zapatero está dispuesto a cualquier concesión por lograr la paz, o al menos por vendernos una paz tutelada y vigilada por los terroristas, que pasan a ser los auténticos árbitros del conflicto.
Aún no nos hemos enterado de que esto no es un problema de falta de paz, sino de LIBERTAD. Una libertad en la que haya vencedores (los demócratas) y vencidos (los violentos) y que pase ineludiblemente por el cumplimiento de la ley. Puede que se negocie cualquier otra libertad, pero no en mí nombre.