El blog de Ryôga - Diario de un explorador del s. XXI

viernes, febrero 09, 2007

De futbolistas mediocres, de asesinos y de cobardes

De la entrañable época en que aún podía comportarme como un niño sin que ello provocase el asombro ni el espanto de nadie, recuerdo hoy un personaje pintoresco que solía amenizar las tardes a quienes tratábamos de disfrutar del confort del estadio Román Suárez Puerta durante el caluroso verano. Era conocido como Olegario, y supuestamente hacía las veces de guardia o vigilante de la instalación municipal.

Olegario era un hombre ya de cierta edad, de carácter irritable, semblante antipático, voz entre chillona y cazallosa, y con la mano bastante ligera a la hora de medirse a críos de 10 años. Su principal ocupación consistía en desalojar de malas maneras y peor vocabulario a todos aquellos que, según él, practicábamos el fútbol en el entonces semi ruinoso campo sin ninguna autorización. Olegario era obviamente un desequilibrado, molesto a la par que inofensivo, cuya existencia nos provocaba mucha hilaridad y una cruel ausencia de lástima, y sobre quien descargábamos todo un arsenal de burlas y descalificaciones. Incluso imaginábamos historias que nos permitían explicar cómo semejante individuo habría llegado a aquella situación: algunos decían que se trataba de un bucanero aislado de su época que, reconvertido en vigilante, custodiaba el tesoro fruto de sus saqueos enterrado en alguna parte del cesped. Otros más pragmáticos, afirmabamos que se trataba de un vagabundo que había disfrutado de una corta y dura infancia, y que posteriormente se había visto beneficiado por la acción de algún plan de reinserción local... Sea como fuere, con el paso de los años un servidor no puede sino recordar con nostalgia e incluso lástima a tan peculiar personaje.


Aqui no pasa nada...Esta semana, sin embargo, se ha producido en mí otro sentir muy distinto hacia otro personaje también de nombre Olegario. Este, a diferencia de aquél, es joven, es rico y no proviene de ningún hogar fracturado. Es más, forma parte de la plantilla del actual campeón de Europa de fútbol, aunque solo sea de manera testimonial. También es simpatizante reconocido del pseudo-partido filo-terrorista de la esquerra catalana. Semejantes cualidades no deberían llamarnos la atención: joven, rico, hijo de papá y habitante de Cataluña son los ingredientes idóneos para convertirse en un gilipollín progreta y fascistoide como otros muchos jóvenes -y no tan jóvenes- de aquella desgraciada región. No obstante, este Olegario ha ido más lejos que muchos de sus colegas generacionales al afirmar en un diario terrorista que es inhumano mantener en la cárcel a un asesino autor directo de la muerte de 25 personas. Por supuesto 25 personas españolas (24 en realidad ya que otra era useña, tanto da) que no catalanas, ya que es bien sabido que estos cerdos se congratulan de que se asesine a quien sea en donde sea, siempre que ello suceda fuera de su cortijo particular.

No es la primera vez que este payaso trata de hacer méritos ante los jerarcas republicanistas para ocultar sus escasas dotes futbolísticas e intelectuales. El año pasado publicó o le publicaron un libro, panfleto más bien, en el que entre otras cosas afirmaba que durante las celebraciones callejeras por el título liguero de 2005 se sentía como las tropas antifranquistas aguantando las embestidas del ejército "nacional" a las puertas de Barcelona. Dado que este personajillo nació en 1983 resulta dificil explicar cómo sabe nada de tal episodio, por lo que quizás sea necesario informarle de que hace 70 años las tropas sublevadas entraron en la ciudad condal aclamadas por la población mientras los defensores "repubicanos" corrían como conejos en dirección contraria.

El caso es que las declaraciones pidiendo la puesta en la calle del carnicero etarra van más allá de proferir las cuatro gilipolleces antifranquistas clásicas de cara a la galería. Si tanto le preocupan los derechos humanos, este imbecil debería comenzar por preguntarse qué fue de ellos cuando fueron ejecutados a balazos Vicente Romero, Juan García Jiménez, Esteban del Amo, Fausto Escrigas Estrada, Ricardo Sáenz de Ynestrillas, Carlos Vesteiro Pérez o Francisco Casillas Martín. ¿Dónde estaban esos manidos derechos cuando fueron volados en pedazos Eugene Kent Brown, Juan Carlos González, Vicente Javier Domínguez, Juan José Catón Vázquez, Juan Mateos Pulido, Alberto Alonso Gómez, Jesús María Freixes, Santiago Iglesias Rodino, Carmelo B. Álamo, Miguel A. Cornejo Ros, José Calvo Gutiérrez, Andrés José Fernández Pertierra, Antonio Lancharro Reyes, José Joaquín García Ruíz, Jesús Gimeno Gimeno, Juan Ignacio Calvo Guerrero, Javier Esteban y Ángel de la Higuera López?

Me gustaría que este mamón fuera uno por uno a ver a las viudas y huérfanos que provocó ese perro por cuya libertad clama ahora, y se atreviera a decirles a la cara que su asesino debe quedar en libertad por no se qué suerte de justicia sesgada, esa justicia que defienden solo quienes han renunciado a toda clase de justicia, esos que siempre anteponen su lástima para con los verdugos por encima de las víctimas. Pero no lo hará, pues como buen cobarde sabe que una cosa es proferir estupideces desde una tribuna nazionalista y otra muy distinta echarle cojones para defenderlas frente a gente con dignidad y principios.

Y de paso, podría sumarse a esa campaña de puerta en puerta el okupa monclovita, que también opta más por condenar supuestos crímenes acaecidos hace décadas cuando aún figuraba en el limbo, que de combatir a aquellos asesinos ante los que voluntariamente se ha puesto de rodillas. La teoría del avestruz, pero con tintes talantudos.

1 maldiciones:

  • ¿Boicot a Kelme? ¿¿Pero estos no eran los que se quejaban de que el boicot al cava era una medida intolerante y fascista??...

    Respecto al juicio del 11-M, aventuro mucho circo y pocas respuestas. Veremos.

    Proferida por Blogger Ryôga Hibiki, el 22/2/07 22:27  

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